26 julio 2006

Retrato de una arepa


Parrillada de termitas afrodisíacas tostándose al sol tropical de capricornio. Flotan las gaviotas enmascaradas cazando al vuelo las limosnas que suplican. Una se finge patirrota. Veo una garza de la suerte. Para suerte, la suya: ha pescado una anguila moteada. Vivir los documentales de la 2 es mejor que el sexo a la hora de la siesta.

Canto una oda a los mosquitos inexistentes de Canaima. Vuelven a mí los troncos blancos flotando en las aguas rojas del Caroní, son extraños cotúfares demorados indefinidamente. Pero en luna llena no llueve. Entonces será el salto del ángel lo que golpea incesantemente nuestro techado metálico. Crisálidas revoltosas que no pueden dormir. Chocan al moverse buscando la postura. Las hamacas deben ser cómodas para los indios pemón. ¿Cómo se dirá "frío" en arekuna? No, no hace frío, es la humedad. La humedad y el olor nauseabundo de la manta.
Amanece, que no es poco, y las miradas lentas, intermitentes, se topan atónitas con la pared del tepuy y el salto en cinemascope. Una píldora de amnesia siempre es un buen analgésico. "Se vamos", anuncia nuestra guía. Trago saliva. Que no vuelque la curiara, porque me la imagino tan impasible ante nuestros cadáveres flotantes como el día que nos perdió en la selva.
Busco a nemo con un snorkel prestado. Miro entre los cerebros gigantes, entre las púas kilométricas del erizo diadema, en las oquedades de las esponjas rojas, amarillas. Los espirógrafos asustadizos tampoco lo han visto pasar. Vaya mierda de arco-iris.
¿Y si cambiamos el snorkel por la botella? Ahora soy pez ingrávido ante el banco de barracudas, ante las holoturias apepinadas que sestean en el fondo. Ya puedo soñar el océano.
Ni rastro de los ovnis de la Gran Sabana. Puede que los chamanes del jaspe también protejan frente a las abducciones. O el cacique 500. O la baraja española. Jugar al hijoputa puede ser más adictivo que comer pipas. Bien lo saben los ectoplasmas indígenas, que aprovechan la distracción para dejarnos su retrato digital. Y, a pesar de todo, conservamos los riñones. Brindemos con arequiponch.