21 agosto 2006

In the mood for love



Me pregunto si sirve de algo revisitar las ruinas de Sarajevo. Reptan los rescoldos en busca del atizador de las pasiones dormidas. Son difíciles de ignorar si te queman las pestañas al mirar atrás.

Te eché de menos aquella nochevieja. Las lágrimas por los muertos no te dejaban ver a los vivos y la estación de Tverskaya se quedó sin bailarines. Tragedias rusas y croquetas de gambas. Enterré tu música en el último cajón del limbo; algunos dvd’s son armas de destrucción masiva.

Me habría gustado conocerte sin el réquiem bailando en tu sombra. Respirar tus sueños en vez de llorar un océano. Compartir los atardeceres del Serengeti, las tostadas del desayuno.

Es hora de sobrevolar este nido de ascuas caducadas y desafiar al destino. Once días nunca fueron cadena perpetua. Es tiempo de volver a amar. Quizás no a ti. Quizás a alguien que lleve tu nombre. O cualquier otro nombre.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonitooo!

Gilda dijo...

Gracias, sinfo.

Garra Fauces dijo...

¡Genial Gilda!

Bielka dijo...

Sí que está bonito, sí. Y el final: "o cualquier otro nombre" me ha gustado mucho.

Un beso, Gilda

Gilda dijo...

¿Camisón? Qué mente calenturienta...

Besos a todos y gracias por vuestros comentarios benévolos. (Las críticas negativas han sido borradas).

VMGB dijo...

Anda que no...

Anónimo dijo...

Precioso, pero mucho. Un gusto volver a leerte, Gilda, y de qué manera. Un beso

Gilda dijo...

A mí se me quemaron una vez las pestañas al mirar hacia delante, sí. Algún idiota tenía el mechero encendido a todo gas y se llevó un buen sopapo. Ahora, sin pestañas, miro mucho mejor hacia delante y además tengo una ventaja: no se me pueden quemar. Ni congelar. Es lo que tiene no tener.

Un beso, Uma, preciosa, tú mira hacia delante, pero con suavidad, no vayas a dar con otro mechero encendido.

Víctor, Víctor... se ve que a ti también te ha pasado, ¿eh? ¿Quién sostenía el mechero?

El gusto es mío, chus, un beso y bienvenido.